Ceda
Pero no
estás aquí
No
comprendo donde
Quisiera
poder mirarte fijamente y decirte inmensas cosas
Eso suena
peligroso,
las
noches,
son
melodramáticas ante un poema que sinceramente se vuelve a repetir,
no
quiero,
pero yo
solo término destruyéndome poco a poco en una soledad creada,
para no
sentirme lastimado
Es como
una burbuja
Es mi paz
Mi calma
Es la
ceda bañada en lágrimas y tejida entre las llamas del infierno,
para
mantenerme lejos y distante de todo,
parar es
como decirle al aire que deje de fluir ante la naturaleza
Es como
dejar de ser
Viento
Hay cosas
las cuales prefiero guardarme,
pero
caigo en la indigna paradoja,
del quien
soy
No me
aventuro porque sé que soy ciego de nacimiento y creo que hasta la muerte me
sabe nada
Pero me
arriesgo a un sabiendo que soy un simple soplo de tiempo
Permanezco
nuevamente inmóvil esperando,
ver que
me depara el destino,
más la
crueldad de la que ya llevo cargando en mis hombros,
más las
preguntas por resolver,
más las
dudas,
más
pensamientos
No son
malos esos tristes recuerdos,
lo triste
es
Que no tengo a donde ir
Soy de
aquí o soy de allá,
parece
confuso
Pero es
mi realidad,
a quien
engaño,
soy
simplemente un niño encerrado sin poder decir algo,
un simple
recuerdo sin un nombre,
sin algo
que me confunda ante la maleza de la sociedad,
soy
solamente,
un apodo
al que todos miran,
una
semilla que cae a la tierra y brinda frutos,
sin nadie
que los vea,
dinero,
esclavo
de mi triste deuda,
cárcel,
animal,
prisionero
de mi propio engaño
¿y para qué?
sí de nueva cuenta,
regreso a un hogar esperando que algo cambie y deje de ser una
simple pesadilla,
que sea día y no tarde,
que sea mar y no marea,
que sea más que una simple
De algo
que nunca se acaba..
Sa. J.
Jalley
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