El libro de los besos

Ella vive entre sueños de amor Se balancea en compas Se siente perfecta Lo sabe bien pues me besa día con día Su mirada fija penetra hasta en mis momentos de sueño No puedo parar de pesar en esa mujer No sé qué tiene pero sé que me hace estar bien Sus perlas de color café Aquellas cortinas que parpadean una y otra vez Y los diamantes radiantes Ocultos en sus labios rojos Ese color tan seductor Tan excitante Mujer de sueños y magia No me atormentes más con tu cuerpo fino Escucha ¿Oyes esas palabras? Son mis poemas que dicen tu nombre Observa ¿Vez esa galaxia? Es mi mente deseando poder tenerte Tu vives entre sueños de amor Es fantasía o ciencia ficción? ¿Eres verdad o mentira? Eres luna Una diosa cautívame por última vez Sedúceme poco a poco Mientras mi mente viaja entre tus manos Entre tus pensamientos Mientras pueda durar esta locura Mientras no sea tarde Mientras pueda tenerte. Sa. J. Jalley

Sin saber cómo surge la necesidad del mundo en agonía El sudor de los pulmones escupiendo sangre Las gotas de lluvia parecen ácido sulfúrico Una piedra en un vacío calcinada y deshecha Solo son fragmentos de la vida dentro de un corazón El sol parece calentar la infinita decencia con posibles desdichas Sonrisas de mierda El prostíbulo donde se exhiben personas por dinero Sexo Formas fascistas Algo más que solo figura Las piernas de la fría Siberia El aplastante camino donde los santos son recintos de desmayo Una mierda mi poesía De todo mi pensamiento La última vida la paz que a diario se respira Una gota de lágrima derramada sobre mi vaso Y mis pastillas de somnífero. Sa. J. Jalley

Simple palabra arrojada al viento Momentos tiernos Un amor casi verdadero Una realidad que nos engaña Esta nostalgia firme Fue por una tarde que pensé volver a verte Al mirar tu rostro plasmado en una imagen En teatro y arte Tus besos fueron saboreados Nunca se termina Desde tu partida Te odie Maldije con ansias Y sin remordimiento Hoy Veo lo equivocado que había estado En ocasiones no encuentro una explicación mis ideas suelen pasar horas tan nostálgicas sin posibilidad de salir en esta marea tan grande tan penetrante Sentimos fuego el uno por el otro Tan bello se pone el cielo gris Tu cabeza recostada en el pasto Mis ojos observando tu rostro Imaginé las tardes en el parque Admiraba Amaba y deseaba que nunca acabaran Entiéndeme mujer, no sé qué posees Trato de dejarte y no puedo Escribo porque no se hacer otra cosa Lo curioso es que entre líneas tu nombre se queda ¿Cómo saber si no he perdido la cabeza?